Lo quiero, pero no lo necesitoAbraham Maslow fue un psicólogo estadounidense autor de la teoría psicológica conocida como “Pirámide de Maslow” o “Jerarquía de las Necesidades Humanas”. Con esta pirámide, Maslow plantea que existen necesidades básicas que son indispensables para todo individuo y, conforme se satisfagan estas necesidades, las personas seguirán desarrollando otro tipo de necesidades y deseos cada vez más elevados, los cuales los van a llevar a la autorrealización o felicidad plena. Ahora bien, conforme han ido pasando los años, esta idea de obtener primero lo básico y luego autorrealizarse ha ido cambiando poco a poco hasta un punto en el cual a las personas les interesa más llegar al último peldaño de la pirámide sin importarles los otros que se encuentran por debajo. Por decirlo de alguna manera, actualmente se cree que mientras más tenga o posea una persona, más autorrealizada o feliz se va a sentir. En primer lugar, debemos tener en claro lo que significan los términos consumo y consumismo: mientras que la palabra consumo hace referencia a satisfacer las necesidades o productos que nosotros consideramos básicos o fisiológicos, la palabra consumismo hace referencia al consumo excesivo y muchas veces innecesario de tanto bienes y servicios y se ve ejemplificado en la cada vez más famosa frase: “mientras más consumo, más feliz soy”. Según un informe hecho por el Instituto Worldwatch, las tendencias cada vez más consumistas son insostenibles, esto quiere decir que las personas están inmersas en un consumismo tal que crece a un ritmo exagerado generando graves problemas y consecuencias para el bienestar tanto de nuestro planeta, como la degradación ambiental, como de las mismas personas, existiendo mayores índices de obesidad y deudas personales. Sin embargo, cabe recalcar que como dijo el director de este Instituto, Christopher Flavin, el consumo no es intrínsecamente negativo, sino que “el aumento del consumo ha ayudado a satisfacer necesidades básicas y a crear empleos”. El problema comienza cuando este tan voraz apetito consumidor destruye la naturaleza tan vital para la vida, ya que cada vez más los bosques, selvas y tierras agrícolas disminuyen para dar lugar a casas, edificios y centros comerciales. De acuerdo con este Instituto, la solución es la implementación de Reformas Tributarias para fomentar más la responsabilidad personal y dedicarse más al cuidado del medio ambiente y el reciclaje. Aunque también considero esto de suma importancia, a mi parecer lo que más se debería impulsar es un cambio en la forma de pensar de las personas, para que aprendan que la felicidad es un estado de ánimo y no se mide por quién tiene o consume más, que la autorrealización se alcanza siguiendo una serie de pasos o peldaños, en donde lo más importante es sentirse a gusto con uno mismo y siempre tratando de cuidar y preservar el medio ambiente, nuestro hogar, y que verdaderamente comprendan que “consumismo no significa felicidad”. Competir para ser felizSegún el sociólogo, ensayista y filósofo Zygmunt Bauman, considerado como uno de los pensadores contemporáneos más reconocidos de este siglo, la sociedad nos ha impuesto dos lecciones sobre cómo vivir: en primer lugar se nos ha enseñado que para ser más feliz hay que consumir más (punto expuesto anteriormente) y, en segundo lugar nos han dicho que hay que ser mejor que el otro, que hay que competir constantemente. Convirtiéndose en una verdadera crisis. Ya sea en relaciones sentimentales, amicales o cualquier tipo de relación interpersonal, todos nosotros estamos hechos para poder amar y, a la vez, ser amados y no nos sentimos plenos o realizados si es que no tenemos a esa persona especial a quien amar o por quien podemos ser amados. Sin embargo, actualmente la frase “amar desinteresadamente” ya no es más aplicable a la vida; ya que para poder “amar” es necesario seguir ciertas obligaciones o compromisos, los cuales suponen todo un sacrificio a largo plazo para cuidar y velar por la seguridad de la otra persona, arriesgando así el propio futuro. No obstante, en este trayecto, si surge aunque sea el más mínimo desacuerdo este compromiso se convierte en el más grande problema. La solución para resolver esta gran crisis actual radica en buscar un sentido en común, que las personas disfruten compartiendo, pero lamentablemente las personas estamos más ocupadas intentando competir entre nosotras, cuidando las apariencias, que disfrutando de las pequeñas cosas que nos brindan felicidad. Empecemos cambiando estas dos lecciones impuestas por la sociedad, así estaremos cada vez más cerca de disfrutarnos los unos con los otros; recordando siempre que “El amor de otra persona no nos traerá felicidad si es que primero no aprendemos a amarnos a nosotros mismos”.
1 Comentario
Martha Neves
9/5/2016 11:56:48 am
Nota: 17
Responder
Deja una respuesta. |
Archivos
Octubre 2016
Evaluación Continua:20% Archivos
Octubre 2016
Categorías |